El parto de Sara en el hospital de Torrejón
Durante todo el embarazo me había preparado mucho para este momento puesto que desde pequeña me daba bastante miedo, había visto videos, leído mil relatos de parto, estaba día tras día viendo las informaciones de las matronas en Instagram, leí el libro de parir en movimiento y estuve a puntito de comprar el de hipnoparto. En fin, no he tenido clases de preparación al parto por el tema del covid pero no me hacían falta porque estaba super informada.
Mi ideal de parto era conseguir que fuera lo más fisiológico y natural posible… elegí Torrejón por ser famoso por su parto respetado y también por tener la posibilidad de parir en agua. No quería episiotomías, ni oxitocina, ni nada de esas cosas. Eso sí, no me hice masaje perineal porque me resultaba bastante molesto y no está demostrado que realmente sirva para evitar episiotomías (aunque ahora creo que tendría que haberlo hecho la verdad). También físicamente estaba preparada, yo ya hacia ejercicio y durante el embarazo no paré de hacer mis rutinas de fuerza (y aun así tuve agujetas después del parto).
El caso es que todo se me dio la vuelta.
El domingo 9 de agosto a las 8 de la mañana voy al baño y resulta que había expulsado el tapón mucoso, no me alarmé porque se que puede ser una señal o no… justo cumplía 39 semanas. A las 11 rompo la bolsa tipo película, estaba desayunando y moje la silla y todo. Ya no había duda. A partir de ahí empezaron las contracciones a ser dolorosas, todo el parto llevaba conviviendo con las Braxton Hicks y estas eran lo mismo pero ahora había dolor como de regla, todo era muy soportable y yo sabía que hasta que no fuera muy intenso no debería ir al hospital, no quería ir pronto y también sabía que con la bolsa rota se puede estar hasta 12h y yo quería aguantar todo lo posible en casa así que fueron pasando las horas y el dolor iba aumentando, fui haciendo ejercicios en pelota, ducha de agua caliente, masajes que me daba mi marido… sobre las 17h las contracciones eran regulares cada 5min de 1 min de duración y llevaba así mucho rato, no se pasaban con nada y en ese momento dolía bastante, no podía hablar, solo intentaba hacer respiraciones cuando venían para no agarrotarme y relejar así que cogimos todo y nos fuimos para allá. Sobre las 18h llegamos a Torrejon y me atiende una matrona que me hace un tacto y me dice “no estas de parto”… la primera en la frente.. yo pensé que algo dilatada estaba pero nada de nada, estaba borrando el cuello del útero, no había ni empezado a dilatar… menudo chasco que me llevé la verdad porque estaba con bastante dolor y eran muy regulares. La matrona me da ánimos y me dice que no me preocupe que es bueno porque tengo muchas contracciones así que es cuestión de tiempo. Me dejan ingresada porque tengo la bolsa rota. Me hacen la prueba del covid también y como no la tenía hecha de antes me llevan directamente al paritorio 1 para ponerme los monitores, me los ponen de tal forma que estoy sentada en la pelota de pilates mientras monitorean, ahí empiezo a pasar un frio de muerte, a temblar entera del frio y mientras aguantando el dolor con las respiraciones que me costaban con tanto tembleque mi marido empieza a ponerme sabanas y toallas que encuentra en por ahí pero estoy congelada… esa media hora se me hace eterna. También tenía el ánimo por los suelos por haber acudido antes de lo debido al hospital. Al fin me dejan libre y me voy directa a la ducha para intentar calentarme, hacemos una especie de sauna en el baño para coger temperatura y en ese punto las contracciones empiezan a ser muuuuuy serias, es cierto que hay un pico de dolor pero luego, en mi caso, no se pasaba del todo, empiezo a tener que vocalizar /a/ para lograr relajarme en cada contracción y no tensarme como tenia aprendido que debe ser pero me cuesta un montón, ahí mi marido me salvó por completo, empezó a susurrarme que me relajara en cada contracción con mucho amor y dejándome mi espacio porque estaba totalmente en el “planeta parto”, con la cabeza ida, sólo pensaba en tener la pelvis libre (me destrocé las rodillas de ponerme a cuatro patas) y en relajarme. A las 21h viene una matrona a ver como estoy y le digo que estoy bastante mal que me diga cómo voy porque creo que tengo que pedir la epidural, me hace un tacto y estaba solo de 3cm… así que no me lo pienso mas y pido la walking epidural, ahí me decepciono bastante conmigo misma porque no era lo que yo tenía en mente, otra vez, pero de verdad que no podía, es mucho más dolor del que me imaginaba… Vienen en seguida con la walking, la anestesista super amable contándome cómo iba a ser todo el proceso, la verdad que el equipo todos un 10, estuvieron increíbles y me hicieron todo muy fácil. Ya con la anestesia puesta puedo soportarlo todo mucho mas y empiezo a caminar, hacer ejercicios, movilizaciones de pelvis, asimetrías… si la teoría yo me la sabía toda.
Pase toda la noche dilatando mas o menos bien incluso pude dormir un ratito y todo. Doy negativo en la prueba del covid pero aun así cada vez que entran sanitarios nos ponemos la mascarilla, aunque a mi a veces se me olvida y ellas tampoco le dan importancia, para empujar me la quitaron, pensé que me incomodaría más, pero de verdad que cuando estás ahí es en lo que menos piensas. A las 7 de la mañana me hacen otro tacto, “estás en completa” me dice la matrona y me explica que suelen dar dos horas para hacer pujos espontáneos y pasado ese tiempo empezamos a hacer pujos dirigidos. Se va y me deja a mi aire. Yo ahí estaba muy nerviosa, tenía mucho miedo del expulsivo, me dio una especie de ataque de nervios y me puse a temblar mucho como de frio incontrolable que consigo controlar con más walking y con una manta. Al rato empiezan a notarse las contracciones con dolor me da miedo y le doy a otro bolo de walking. Las ganas de empujar no vienen, intento hacer algún pujo yo pero no sé ni como hacerlo y la verdad es que me daba mucho miedo… al final vienen las matronas y empiezan a ayudarme. Primero para aprender la mecánica del pujo me pone un arco en la cama y una sabana enrollada para agarrarme y así aprendo a empujar, me dicen que se va viendo la cabeza, me traen el espejo pero eso solo hace que me despiste y que piense demasiado. Las contracciones se espacian mucho en el tiempo y la matrona me recomienda utilizar oxitocina sintética para coger ritmo porque se hacía eterno el tiempo entre contracción y contracción (yo creo que esto fue mi culpa porque le di al bolo de la epidural cuando no debía) y le digo que vale, tercera torta en la frente porque no quería nada de eso pero claro… las cosas nunca salen como una planea…. Ya con la oxitocina empiezan a coger ritmo probamos mil cosas, silla de partos, perneras, de todo… pero la única posición que hacia que empujara bien era la que todo el embarazo me he pasado diciendo que no es buena para parir… litotomía, con el arco y la sabana del principio así que volvimos a esa pero esta vez la matrona me puso un cojín hinchable debajo del sacro para liberar pelvis. Y a partir de ahí… para mí, el horror, empezaron a doler mucho las contracciones con la walking y todo y tenía que empujar a la vez, iba todo lento pero a la vez rápido, las matronas me animaban pero yo me sentía desfallecer, en un momento dado se van 5min y yo me pongo a llorar le digo a mi marido que no lo hago bien, que no sé hacerlo, que no puedo y él me anima y me da fuerzas, las matronas también me animan y sigue pasando el tiempo y yo sigo empujando mientras lloro y grito… como a las 9 de la mañana la matrona se preocupa y me dice que va a llamar a los gines porque el bebe pierde frecuencia cardiaca en cada empujón y le costaba recuperarse.. me vengo abajo total, pero a la vez pienso, no, no lo voy a permitir y empiezo a empujar con toda la fuerza que encontré (no sé de dónde porque estaba muerta) viene la ginecóloga y me informa de que iba a probar con una pequeña ventosa pero al ver como empujo me dice bueno, yo creo que lo sacas tu sola así que venga y empieza a darme instrucciones de cómo empujar mejor. Y así seguimos un rato, con 5 personas más marido animándome a empujar, ellas iban poniendo vaselina y compresas calientes para estirar el periné y yo haciendo toda la fuerza que puedo, me dicen que no grite que haga pujos en valsalva para no perder la fuerza (otra cosa que había leído que fatal) y finalmente me informa de que lo mejor es que me haga una pequeña episiotomía porque no hay forma de que salga (otra cosa que me daba terror las tijeras, los desgarros y las episiotomías, cuarta torta en la frente) y una vez que hace el corte sale la cabeza y el resto del cuerpo casi solo sin empujar. El momento de tener a mi bebe en brazos no tiene descripción posible… simplemente es maravilloso… me eché a llorar, mi marido también… salió enterito lleno de vérnix y con mi sangre en la cabeza, con los ojos super abiertos mirándolo todo y casi sin llorar, estaba calentito y su olor no se me olvidará nunca… no me lo podía creer, lo había conseguido. Todo me había salido al revés de lo que tenía pensado pero lo había conseguido. Oliver nació a las 9:50 del 10 de Agosto , hicimos el piel con piel un buen rato mientras me cosían y me informaban de todo lo que iban haciendo. Repito, el equipo medico una maravilla, super respetuosos, me informaban de todo, me animaban psicológicamente… en fin, no tengo más que buenas palabras para ellos, no fue el parto que quería o que tenía en mi cabeza pero me sentí super respetada, informada en todo momento de lo que estaba haciendo y me apoyaron un montón cuando más lo necesitaba.
A las que leáis esto y tengáis que parir próximamente, id con la mente abierta, no os fustiguéis ni os encasilléis. Confiad en vuestros cuerpos y en el equipo médico, intentad dejar los miedos a parte e ir tomando decisiones sobre la marcha y sin judgaros.
Para mi ha sido lo mas brutal que he hecho en mi vida y la recompensa es lo mas grande que os va a pasar nunca… no se puede expresar con palabras lo que es el sentimiento que te invade cuando miras a tu hijo a los ojos y él te devuelve la mirada, es maravilloso, el amor mas grande que se puede sentir.