Educación financiera para familias
“Dar la paga a nuestros hijos es buenísimo, tiene múltiples beneficios para su cerebro”
Estoy segura de que si me estás leyendo es porque te preocupa la crianza de tus hijos y quieres darles la mejor educación posible. Estoy segura también de que, para ello, sigues a diario a perfiles de Instagram que hablan sobre sueño infantil, alimentación, consumo responsable de pantallas, etc. Pero ahora quiero preguntarte algo. ¿Te has parado a pensar alguna vez en educar a tus hijos para que tengan una relación consciente y sana con su dinero?
Antes de que te sientas mal, te confesaré algo. Yo tampoco. No lo hacía, al menos, hasta que conocí a Sara Vicent y descubrí todos los beneficios del enfoque pedagógico de su método.
Beneficios de la educación financiera para niños
Como padres y madres, nos preocupamos por mil cosas, pero enseñar a nuestros hijos a gestionar su dinero no suele estar entre nuestras prioridades. ¿Por qué crees que ocurre esto?
Yo creo que las familias tenemos muy presentes ciertos aspectos de la educación de nuestros hijos, como la alimentación, el sueño y el descanso, las pantallas o las actividades extraescolares. Pero en el día a día olvidamos otros, entre ellos la educación financiera, probablemente porque a nosotros tampoco nos enseñaron de manera estructurada a gestionar el dinero. Quizá nuestros padres hacían hincapié en la importancia de ahorrar una parte de nuestra paga, pero no nos enseñaban a tomar decisiones con el dinero, a priorizar, a posponer la recompensa, a tolerar la frustración, etc.
Y lo cierto es que las finanzas personales tienen un impacto directo en la salud global de las personas. Un estudio publicado recientemente por la OCDE pone de manifiesto que las personas que tienen un alto grado de estrés financiero (es decir, que sufren problemas causados por una gestión no acertada de su dinero) desarrollan problemas de salud y enfermedades (como migrañas, insomnio, ansiedad, depresión, dolores de espalda, úlceras de estómago, hipertensión o ataques al corazón) en porcentajes muy superiores a las personas que tienen un grado bajo de estrés financiero. De media, las personas con alto estrés financiero del estudio habían desarrollado este tipo de enfermedades en un porcentaje de un 20% superior a las personas que tenían sus finanzas en orden.
Así que creo que evitarnos problemas de salud, y evitárselos a nuestros hijos, es un buen motivo para empezar a preocuparnos por educarles financieramente para que aprendan a gestionar su dinero de manera autónoma, responsable y eficiente.
Como ya nos has adelantado, la educación financiera tiene muchos beneficios. ¿Cuáles destacarías tú?
Aparte de ayudarnos a vivir más tranquilos y con mejor salud (como nos demostraba el estudio que acabo de mencionar), la educación financiera, tal y como yo la entiendo y la aplico en el día a día en mi familia, tiene una incidencia directa en la maduración armónica del cerebro y de la persona, porque muchos de los aprendizajes que hacen nuestros hij@s cuando les enseñamos a gestionar sus finanzas de la manera que propongo, luego pueden extrapolarlos a otros aspectos de su vida.
Por ejemplo, enseñarles a posponer la recompensa de no gastar hoy este dinero y guardarlo para poder comprar otra cosa más grande o que les guste más en el futuro tiene una relación directa con, pongamos, los deberes. ¿Cómo es esto? Pues porque un niñ@ que esté entrenado en tolerar la frustración de no gastarse inmediatamente el dinero en el presente y tenga la capacidad de posponer la recompensa para gastarlo en el futuro, estará también entrenado en tolerar la frustración de ponerse a hacer los deberes ahora (cuando no le apetece) y será capaz de posponer la recompensa de jugar al lego, de leer o de pintar y entenderá que puede llevar a cabo esta actividad placentera en el futuro, al terminar los deberes.
Visto así, educar financieramente a nuestros hij@s con el método que propongo también nos ayuda a eliminar conflictos familiares. Aunque hay que tener en cuenta que es un proceso y que los padres no podemos esperar que los aprendizajes se realicen de manera inmediata, sino que tenemos que ser constantes y pacientes nosotros también.
Como veis, mi propuesta de educación financiera ayuda al desarrollo general del niño e influye positivamente en otras áreas de su maduración. Y esto es así porque vinculo directamente la educación financiera con la neuroeducación y la pedagogía, porque le doy una base educativa fundamentalmente.
Y, en cuanto a los beneficios que se obtienen al enseñarles a nuestros hij@s a gestionar sus finanzas de la manera que propongo, yo destacaría los siguientes:
- Enseña a nuestros hijos a ser autónomos y a tomar sus propias decisiones (en cualquier ámbito de su vida, no sólo en el financiero).
- Les enseña a valorar el dinero y contribuye a evitar las compras por impulso (puesto que aprenden a tolerar la frustración y a posponer la recompensa).
- Les hace ser consumidores más responsables.
- Aprenden a planificar y a analizar sus ingresos, sus gastos y su ahorro, y a diferenciar entre necesidad y deseo.
- Les ayuda a marcarse objetivos, a trazar un plan para conseguirlos y a ser constantes y pacientes durante el camino (y esto también vale para cualquier aspecto de su vida).
¿Qué te animó a ti a formarte en educación financiera? ¿Cómo lo hiciste?
La verdad es que todo empezó con unos cromos de futbol.
Hace unos años, mi hijo mayor quería hacerse una colección de cromos de fútbol, y día sí y día también me pedía que se los comprara. Y yo lo hacía.
¿Sabes qué pasó? Que cuando empecé a decirle que no le compraba más cromos, llegaron los conflictos. Porque mi hijo pedía y pedía, y nunca tenía bastante. Y la que tenía que regular desde fuera sus deseos era yo.
Entonces decidí cambiar esta situación. Me propuse ayudarlo a responsabilizarse de su dinero y a tomar decisiones sensatas. Quería darle una educación financiera sólida, y aproveché todo lo que había aprendido durante los años anteriores de crianza respecto de neuroeducación, psicología y comunicación padres-hijos. A la vez, empecé a formarme en finanzas personales.
Al unir educación y finanzas vi que había ciertas herramientas muy potentes que podía aprovechar, y poco a poco construí un método de educación financiera que nos ha dado muy buenos resultados en casa. Actualmente comparto este método en mi cuenta de Instagram y en mi newsletter, y también ofrezco el taller “Educación Financiera Esencial” para familias con hijos entre 6 y 12 años, cuyo objetivo es implementar los 4 instrumentos básicos de educación financiera. Además, he escrito un libro que pronto trasladaré a las editoriales, en el que explico con mucho detalle mi método.
Cómo enseñar a los niños a gestionar el dinero
¿Cuál es el primer paso que debemos dar para implementar la educación financiera en casa?
Yo creo que el primer paso que debemos hacer los padres es llevar a cabo una reflexión: ¿para qué queremos educar financieramente a nuestros hijos?
Y digo esto porque me encuentro con muchas familias que, ante la opción de dar la paga o no a sus hijos, se la plantean como un gasto o piensan que deben dársela a cambio de algo: a cambio de hacer los deberes, o de sacar buenas notas, o de hacer las tareas de casa, o incluso a cambio de hacer algún pequeño trabajo.
Desde mi punto de vista, la paga y el resto de herramientas de educación financiera que podemos implementar tienen un objetivo muy claro: enseñar a nuestros hijos a gestionar su dinero de manera autónoma, responsable y eficiente. Porque en un futuro cada vez más cercano deberán gestionarlo sin que estemos nosotros para intervenir en ello.
Y, si lo pensamos bien, nosotros tomamos a diario decisiones respecto de nuestro dinero, lo queramos o no: decidimos qué productos y alimentos compramos, decidimos si cenamos en casa o vamos a un restaurante, elegimos continuar manteniendo esa suscripción que no utilizamos o revisarla y darla de baja, etc. Por lo tanto, educar financieramente a nuestros hijos es prepararlos para la vida real, y enseñarles a vivir bien.
¿A qué edad recomendarías empezar a hacerlo?
A partir de los 6 años, cuando los niños habitualmente ya saben leer y escribir y están aprendiendo las operaciones matemáticas básicas (sumar y restar primero, multiplicar y dividir posteriormente), es un muy buen momento para comenzar de una manera más estructurada.
Pero de los 3 a los 6 años podemos también aprovechar para enseñarles conceptos más básicos y hábitos de consumo responsable, que sientan las bases de la educación posterior.
Entre mi comunidad, hay muchas mamás de la pandemia, con niños que están a punto de cumplir los tres años, como el mío. ¿Qué cosas podemos empezar a hacer cuando son tan pequeñitos?
Algo que siempre funciona, independientemente de la edad que tengan los niños, es leerles cuentos o libros apropiados para su edad y su momento evolutivo. Ese ratito de lectura con mamá o con papá no solo sirve para enseñarles contenidos (de educación financiera, en este caso), sino que, por encima de todo, es un momento de conexión emocional. Y esta conexión refuerza los lazos y el apego pero, además, ayuda a la buena maduración del cerebro de nuestros hijos.
En cuanto a actividades para trabajar la educación financiera con niños de 3 a 6 años, yo recomiendo el juego, por el gran potencial de aprendizaje que tiene. Algunos de los juegos que os propongo, y que deberíais realizar acompañando a vuestros hijos, son:
- jugar a los supermercados en casa.
- coger monedas y billetes reales y jugar a ordenarlos de menos a más valor. Y en orden inverso (bajo vuestra supervisión)
- jugar a poner precio a pequeños objetos de casa y preparar los billetes o las monedas que serían necesarios para pagarlos (bajo vuestra supervisión)
Otra opción muy potente es aprovechar situaciones de la vida cotidiana para integrar estos aprendizajes sobre finanzas y gestión del dinero. En ese sentido, el momento de hacer la compra es una oportunidad excelente, a mi parecer. Algunas familias prefieren no ir a la compra con sus hijos, porque tardan más, los niños piden y piden, y es cierto que al principio hay que invertir tiempo en gestionar todo esto. Pero una vez se ha superado y nuestros hijos han entendido cómo funciona la compra y cómo queremos hacerla en nuestra familia, la verdad es que podemos encontrar en ellos unos grandes aliados para ayudarnos en esta tarea.
Yo os propondría estos ejercicios cuando vayáis a comprar:
- preparad juntos la lista de la compra, y dejad que en el supermercado vuestro hij@ participe (según su capacidad, si sabe leer un poco, etc.).
- enseñadle que antes de comprar un nuevo producto, conviene llevar a cabo una comparación entre varias opciones, para hacer la elección que más nos conviene.
- cuando esté familiarizado con las monedas y los billetes gracias a los juegos anteriores, podéis pedirle que prepare la moneda y/o el billete que tendríamos que usar para pagar, y que pueda cubrir el importe de la compra.
- dejad que vuestro hijo pague en efectivo, bajo vuestra supervisión.
Al principio necesitaréis más tiempo para hacer la compra, y puede que permitirle que prepare el dinero para pagar sea una situación estresante por el tiempo que tarda en hacerlo mientras los otros clientes esperan. Por eso, quizá una opción interesante para minimizar ese estrés sería empezar en tiendas de barrio, en las que tenemos más confianza, y con compras pequeñas.
¿Y para los que ya tienen más de seis años?
Para los que ya tienen más de 6 años, además de continuar con la lectura de cuentos y libros sobre finanzas personales y mentalidad respecto del dinero, creo que hay que enseñarles 4 conceptos financieros básicos: ingresos, gastos, ahorro y gestión consciente del dinero.
Si asimilan bien estos conceptos y los implementan con las correspondientes herramientas financieras, ya tienen unas muy buenas bases (y, por desgracia, este no es el caso de muchos adultos, que, por ejemplo, piensan que el ahorro es lo que sobra a final de mes y, por tanto, nunca logran ahorrar).
Dar la paga a los niños
¿Es bueno darles la paga a nuestros hijos?
¡Es buenísimo! A mi parecer, la paga es el primer instrumento de educación financiera que debemos introducir, porque tiene múltiples beneficios para el cerebro de nuestros hijos y para su desarrollo general:
- Les enseña a tomar decisiones y a priorizar, porque no siempre les llegará el dinero para comprar todo lo que les gustaría.
- Les enseña a diferenciar entre necesidad y deseo, y en muchas ocasiones comprenden que aquel juguete que deseaban tanto en realidad no lo necesitan.
- Aprenden a ser constantes y a perseverar para conseguir su objetivo (de comprar algo que quieren, por ejemplo).
- Les enseña a posponer la recompensa y a tolerar la frustración, porque necesitarán ahorrar durante unas cuantas semanas (o incluso meses) para poder comprar ese lego, ese libro, ese juguete.
¿Conoces el test de la golosina? Lo llevó a cabo el psicólogo Walter Mischel, en los años 60, en la Universidad de Standford. Este investigador quiso estudiar la capacidad de autocontrol de niños entre 4 y 5 años y les hizo una prueba: les ofrecía una golosina y les prometía que, si aguantaban 20 minutos sin comérsela, les daría 2. Aquí tienes un vídeo que explica y resume el estudio.
¿Qué crees que sucedió? Pues que 2/3 de los niños que participaron en el test no consiguieron inhibir sus impulsos y acabaron comiéndose la golosina. Lo más interesante de todo este estudio son las implicaciones posteriores que se demostraron. Y es que se hizo un seguimiento de los niños que participaron y se comprobó que aquellos que habían sido capaces de inhibir el impulso de comerse la golosina y posponer la recompensa habían conseguido mejores resultados en su vida:
- tenían un mayor rendimiento académico y habían alcanzado un nivel educativo más alto
- también un mayor rendimiento en actividades extraescolares y en deporte
- eran personas más seguras de sí mismas, más previsoras y con mayor capacidad de concentración
- tenían ingresos más altos
- tenían mayor habilidad para las relaciones con los demás
- y un menor uso de medicamentos, e incluso una tasa de adicción a las drogas más baja
Por lo tanto, creo que aprovechar todos los beneficios que tiene la paga para el desarrollo presente y futuro de nuestros hij@s es una muy buena idea.
¿Con qué cantidad aconsejarías empezar?
Pues depende de la edad del niño y de las circunstancias familiares. Pienso que cada familia debe analizar su situación financiera, y determinar un importe que le permita al niño ahorrar y gastar. Y recomiendo dar la paga semanalmente.
Estos dos polos de la ecuación (ahorro y gasto) son muy importantes, porque el niño ha de poder practicar en casa lo que más tarde aplicará en su vida como adulto independiente. De manera que hemos de pensar en un importe que nos vaya bien en nuestra economía familiar del presente, que lo podamos mantener en el futuro y que, al mismo tiempo, le dé ese margen a nuestro hijo.
Para concretar la cantidad, quizá te diría que para un niño de 6-7 años, 2 € semanales serían más que suficiente, teniendo en cuenta que un porcentaje de ese importe lo tendrá que ahorrar.
Pero insisto en que es tarea de los padres realizar una reflexión sobre su situación financiera familiar y, a partir de ahí, tomar una decisión que sea coherente con ella.
¿Nos recomiendas algún libro o cuento que nos ayude a explicar a nuestros hijos la importancia de aprender a gestionar su dinero?
La verdad es que no hay mucha variedad de libros que enseñen a gestionar el dinero a los niños. Pero puedo recomendaros estos, por edades:
- De 3 a 6 años:
- Montse Junyent: Mon y Nedita, editorial Combel (también en versión en catalán: Din i Neret).
- Angélica Satiro: ¡Quiero dinero!, editorial Octaedro, Proyecto Noria.
- De 6 a 12 años:
- Isabel Armijo: El gran plan, editorial Salvatella (también en versión en catalán: El gran pla).
- Fundación María Jesús Soto: Mi primer presupuesto.
- Laura Mascaró: ¿Dónde crece el dinero?, editorial Montena, 2019.
Os recomiendo, además, que los leáis con vuestros hijos. Ya he mencionado la importancia de la lectura juntos, por la conexión emocional que se produce entre vosotros, la cual favorece el apego y el desarrollo de una buena autoestima en los niños. Pero, además, la neurociencia nos dice que cuando el aprendizaje se realiza con una implicación emocional (como sería leyendo con mamá o con papá), queda mejor fijado en el cerebro y este hecho aumenta las posibilidades de que se utilice posteriormente. ¡Así que la lectura es una apuesta segura!
Además, si os apetece profundizar más en ellos, os invito a suscribiros a mi newsletter, porque cada mes recomiendo un libro en la sección “El libro del mes”, y os doy ideas para trabajarlo en casa con vuestros hij@s y así aprovecharlos al máximo.
Sara Vicent, experta en educación financiera para familias
Soy Sara Vicent, doctora en Filología, madre de 2 niños de 9 y 12 años, y experta en educación financiera para familias.
Trabajo en la universidad como asesora lingüística pero, además, desde hace unos meses he puesto en marcha un proyecto de educación financiera para familias con hij@s entre 3 y 12 años basado en un método que yo misma he desarrollado después de varios años de experiencia con mis hijos.
A través de él, comparto contenidos sobre educación financiera en mi cuenta de Instagram (saravicent_) y en mi newsletter. He desarrollado un método basado en la pedagogía y en la neurociencia, y validado en la práctica, para ofrecer una educación financiera clara, estructurada y adaptable a todas las familias y circunstancias. Asimismo, he escrito un libro dirigido a familias con hijos entre 3 y 12 años que voy a trasladar a las editoriales. Y ofrezco el taller “Educación financiera esencial”, que tiene como objetivo implementar las 4 herramientas básicas de finanzas personales para niños de 6 a 12 años.
ENLACES:
Perfil de Instagram: saravicent_
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