El parto de Carolina en el hospital Costa del Sol (Málaga)
Todo comenzó cuando horas antes de acudir a nuestra cuarta y ultima jornada de educación maternal recibimos una llamada de nuestra matrona comentándonos que quedaba suspendida la formación por motivos de emergencia sanitaria y más en casos de embarazadas. Nuestras caras en ese momento eran un poema, aún era principios de marzo y no éramos consciente de lo que pronto ocurriría.
Semanas después, se decreta el estado de alarma y los nervios y la incertidumbre empiezan a aflorar ante la situación y comienzas a preguntarte si podrás acudir a las citas con tu matrona o tu ginecóloga que tienes previstas, si será posible llevar acompañante al hospital o si tu bebé corre peligro en caso de que nos contagiemos. Son momentos realmente intensos y empiezas a investigar y a preguntar a especialistas sobre la situación, ya que la desinformación era nuestro mayor enemigo, era quien te creaba esa ansiedad. El trabajo, los eventos, las visitas, el ocio… aquí es donde te das cuenta de que el mundo se para, pero tu bebé sigue. Tú tienes que seguir para poder dar vida.
Cuando llegaron las 40 semanas de embarazo, acudimos al ginecólogo y al contrario que en las situaciones anteriores, nos encontramos pasillos vacíos, silencios absolutos, enfermeras con mascarilla y guantes y comienzas a ver la realidad, una realidad paralela a la que te habían contado, pero todo cambia cuando los profesionales sanitarios añaden a su gran labor profesional un sentimiento familiar, comienzan a sentir empatía por ti y a darte lo que tu necesitas. INFORMACION.
La información es poder y de eso no cabe duda, desde ese mismo momento nos comentaron la situación de nuestro hospital y cuáles habían sido las medidas que habían tomado. La tranquilidad se adueñaba en nuestros cuerpos y nuestras mentes.
Llegó el día, acudimos a nuestro hospital, el hospital Costa del Sol (Málaga) mediante una carretera desierta, sin apenas vehículos circulando, que, en cierta forma, se agradecía porque suele estar siempre saturada. Llegamos allí y como ya imaginábamos todos los sanitarios mantenían sus epis correctamente y nos hicieron el ingreso, nos comentaron que durante todo el proceso podría tener acompañante y que todo iba a ser igual que en situación normal, que la planta de maternidad estaba aislada y que no debíamos tener ningún miedo.
En todo momento nos sentimos arropados por el personal sanitario, ya que no podía acudir ningún tipo de visita y eso hizo que nuestra experiencia en el hospital superara nuestras expectativas. Esta situación hizo que pudiéramos disfrutar nosotros tres solos en la habitación, disfrutándonos y aprovechando esos momentos de tranquilidad sin escuchar distintas opiniones, haciendo caso únicamente a tu instinto. Estamos inmersos en un absoluto aprendizaje donde los grandes formadores eran quienes tenía que ser: los profesionales sanitarios. Fue una prueba de confianza y seguridad. Salimos más reforzados.
Si tuviéramos que volver a vivir la misma situación, eliminaríamos los malos pensamientos del principio que lo único que hacen es atraparte y no poder disfrutar. Piensa que es una situación única y diferente y que todos los bebes que les toca #nacerentiemposdelcoronavirus siempre serán #lajoyadelacorona
Así nació Carla el 9 de abril de 2020, año que siempre será recordado y que pasará la historia, mientras tanto, estás viviendo una historia paralela imposible de explicar, cargada de ilusión, y sentimientos. Cuando ves su cara, el cuento termina con final feliz.
Carolina