El parto de Majo en el hospital de Sagunto (Valencia)
Nacer en plena pandemia.
Quizás y seguramente Albert ni se dio cuenta.
El día 4 de abril entraba en el Hospital de Sagunto con preclampsia para parto programado.
38 semanas de gestación. Albert era un bebé pequeño debido a una malformación uterina.
Las previsiones de mi parto eran peores incluso que nacer en pleno confinamiento.
Pues, desde la semana 26 estabamos en riesgo de prematurez por que tengo dos úteros pequeños.
Pero nuestra sorpresa fue que mi utero izquierdo fue maravillosamente haciéndose grande.
Se suponía que no podía dar a luz, que sería cesárea por seguridad.
Pero fui un conejito de indias y el dia 4 entre en dilatación, SOLA, por protocolo.
Llorando, no sé si de rabia, miedo o pena.
Los médicos no paraban de pedirme perdón por la situación y de pedirme que pusiera una queja a consellería.
Iba a dar a luz SOLA.
Pero, en cambio, en la habitación sí que iba a estar mi pareja.
Algo un poco contradictorio.
Ilógico.
Y yo, mientras, no paraba de repetirme que nadie me arruinaría ese momento, me sequé las lagrimas, acepté la situación y me resigné.
La médica de guardia, super afectada, me prometió que haría todo lo que estuviese en sus manos.
Y así lo hizo.
En el último control del día 4, cuando me quitaban el propess, la doctora Elena vino a despedirse pra irse a casa, y me contó que al dia siguiente, durante la dilatación con oxitocina estaría el papá de Albert dentro, pero en el parto probablemente no.
Y yo fui un poco más feliz.
Día 5 de abril entré en paritorios acompañada de mi pareja.
A las 15h entró una carta de consellería: mi pareja tenía que abandonar el paritorio.
Algo a lo que él se negó, dispuesto a pagar la multa que hiciese falta, pues justo en ese momento la anestesia no me estaba sentando muy bien.
Pero el director dio orden de que el padre no salía de paritorios, pues llevaba dentro desde las nueve de la mañana y ya no tenía sentido.
Los astros se alinearon, o mejor dicho, el equipo médico hizo, como me prometieron, todo lo que estuvo en sus manos.
A las 20:04 nacía Albert con 2,790kg y 46cm.
Por parto vaginal, algo increíble.
Los médicos aplaudían.
Nadie se creía que, pese a todas las adversidades, Albert llegaría a término, nacería vía vaginal, de una forma lo más bonita posible y al lado de su papá.
No tenemos queja de lo bien que no han atendido.
Cómo nos cuidaron en planta, estando aislados, ayudándonos a sabiendas de que, al llegar a casa, viviríamos solos nuestras primeras semanas como papás primerizos.
Un postparto confinado es un mundo aparte.
Majo